Quiénes somos
Somos un grupo de personas comprometidas con el desarrollo y la mejora de las condiciones de vida de varias familias de Madagascar, uno de los países con menor PIB per cápita del mundo. Más del 75 % de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, especialmente en las zonas rurales, con graves carencias en infraestructuras, educación y acceso a servicios básicos. Creemos en el poder de la educación y del trabajo digno como herramientas para generar oportunidades y favorecer el desarrollo local.
En marzo de 2023 nos constituimos como asociación sin ánimo de lucro, con el objetivo de impulsar diversos proyectos dentro de un marco legal que nos permitiera coordinar y dar continuidad a las iniciativas que ya veníamos desarrollando.
Nuestros estatutos recogen fundamentalmente dos líneas de actuación:
- La puesta en marcha de un proyecto de creación de empleo a través de la confección de productos bordados.
- El apoyo a la escolarización de niños y niñas.

Fines de la asociación
- Promover la empleabilidad en la localidad de Mangily, en Madagascar.
- Enseñar un oficio y favorecer el descubrimiento y desarrollo de capacidades en personas que, por sus circunstancias sociales, no han tenido acceso a una formación profesional.
- Priorizar el empleo y el trabajo remunerado como vía para la obtención de ingresos, evitando prácticas caritativas que contribuyen a perpetuar desigualdades.
- Reforzar la autoestima, el sentimiento de utilidad y la dignidad de personas y familias que viven en contextos de vulnerabilidad económica y social.
- Favorecer condiciones familiares que permitan el acceso a una alimentación adecuada y contribuyan a la prevención de la malnutrición.
- Apoyar a las familias en la prevención del trabajo infantil y en la protección de sus hijas adolescentes frente a situaciones de explotación derivadas de la precariedad económica.
- Promover la escolarización de menores en coordinación con la Escuela de Expresión Francesa La Marmaille.
- Tender un puente de intercambio y conocimiento entre Madagascar y España que permita dar a conocer no solo las dificultades, sino también la riqueza cultural, histórica y natural del país.
Origen del Proyecto
por Sara Olleros Rodríguez
El hilo y el baobab nace a raíz de una inquietud personal. Durante el verano de 2018 pasé varias semanas en un pequeño pueblo costero al sur de Madagascar llamado Mangily. Allí tuve la oportunidad de convivir con la población local y entablé amistad con varias mujeres y un pescador, Sollicité, con quienes mantuve relación después de mi estancia.
En el verano de 2019 pude volver con mi primo Manu Cid, que es cineasta, con la intención de realizar un pequeño cortometraje documental que permitiera visibilizar esta problemática. El documental, protagonizado por el pescador, tomó por título Vezo (en malgache significa “Aquellos que lidian con el mar”) y ha obtenido reconocimientos en diversos festivales de cine.
En el año 2020, a raíz de la pandemia, la isla de Madagascar quedó completamente cerrada al turismo. Las mujeres me dijeron que estaban sufriendo falta de alimento. Tras dos meses enviando apoyo económico y siendo consciente de que esta solución no sería viable a largo plazo, surgió la idea de poner en marcha un proyecto que permitiera generar los recursos necesarios a través del trabajo remunerado. Las mujeres y el pescador se organizaron, y así comenzó su andadura El hilo y el baobab.
Origen del Proyecto
por Sara Olleros Rodríguez
El hilo y el baobab nace a raíz de una inquietud personal. Durante el verano de 2018 pasé varias semanas en un pequeño pueblo costero al sur de Madagascar llamado Mangily. Allí tuve la oportunidad de convivir con la población local y entablé amistad con varias mujeres y un pescador, Sollicité, con quienes mantuve relación después de mi estancia.
Durante aquellas semanas tomé conciencia de algunos de los problemas asociados a la pobreza que acosan a gran parte de la población del país: la malnutrición infantil, la baja escolarización, el trabajo infantil y el riesgo de explotación sexual de chicas adolescentes, vinculado a un determinado tipo de turismo.En el verano de 2019 pude volver con mi primo Manu Cid, que es cineasta, con la intención de realizar un pequeño cortometraje documental que permitiera visibilizar esta problemática. El documental, protagonizado por el pescador, tomó por título Vezo (en malgache significa “Aquellos que lidian con el mar”) y ha obtenido reconocimientos en diversos festivales de cine.
En el año 2020, a raíz de la pandemia, la isla de Madagascar quedó completamente cerrada al turismo. Las mujeres me dijeron que estaban sufriendo falta de alimento. Tras dos meses enviando apoyo económico y siendo consciente de que esta solución no sería viable a largo plazo, surgió la idea de poner en marcha un proyecto que permitiera generar los recursos necesarios a través del trabajo remunerado. Las mujeres y el pescador se organizaron, y así comenzó su andadura El hilo y el baobab.
Origen del Proyecto
Sara Olleros Rodríguez
Fundadora de El Hilo y el BaobabEl hilo y el baobab nace a raíz de una inquietud personal. Durante el verano de 2018 pasé varias semanas en un pequeño pueblo costero al sur de Madagascar llamado Mangily. Allí tuve la oportunidad de convivir con la población local y entablé amistad con varias mujeres y un pescador, Sollicité, con quienes mantuve relación después de mi estancia.
Durante aquellas semanas tomé conciencia de algunos de los problemas asociados a la pobreza que acosan a gran parte de la población del país: la malnutrición infantil, la baja escolarización, el trabajo infantil y el riesgo de explotación sexual de chicas adolescentes, vinculado a un determinado tipo de turismo.En el verano de 2019 pude volver con mi primo Manu Cid, que es cineasta, con la intención de realizar un pequeño cortometraje documental que permitiera visibilizar esta problemática. El documental, protagonizado por el pescador, tomó por título Vezo (en malgache significa “Aquellos que lidian con el mar”) y ha obtenido reconocimientos en diversos festivales de cine.
En el año 2020, a raíz de la pandemia, la isla de Madagascar quedó completamente cerrada al turismo. Las mujeres me dijeron que estaban sufriendo falta de alimento. Tras dos meses enviando apoyo económico y siendo consciente de que esta solución no sería viable a largo plazo, surgió la idea de poner en marcha un proyecto que permitiera generar los recursos necesarios a través del trabajo remunerado. Las mujeres y el pescador se organizaron, y así comenzó su andadura El hilo y el baobab.
Origen del Proyecto
El hilo y el baobab nace a raíz de una inquietud personal. Durante el verano de 2018 pasé varias semanas en un pequeño pueblo costero al sur de Madagascar llamado Mangily. Allí tuve la oportunidad de convivir con la población local y entablé amistad con varias mujeres y un pescador, Sollicité, con quienes mantuve relación después de mi estancia.
Durante aquellas semanas tomé conciencia de algunos de los problemas asociados a la pobreza que acosan a gran parte de la población del país: la malnutrición infantil, la baja escolarización, el trabajo infantil y el riesgo de explotación sexual de chicas adolescentes, vinculado a un determinado tipo de turismo.En el verano de 2019 pude volver con mi primo Manu Cid, que es cineasta, con la intención de realizar un pequeño cortometraje documental que permitiera visibilizar esta problemática. El documental, protagonizado por el pescador, tomó por título Vezo (en malgache significa “Aquellos que lidian con el mar”) y ha obtenido reconocimientos en diversos festivales de cine.
En el año 2020, a raíz de la pandemia, la isla de Madagascar quedó completamente cerrada al turismo. Las mujeres me dijeron que estaban sufriendo falta de alimento. Tras dos meses enviando apoyo económico y siendo consciente de que esta solución no sería viable a largo plazo, surgió la idea de poner en marcha un proyecto que permitiera generar los recursos necesarios a través del trabajo remunerado. Las mujeres y el pescador se organizaron, y así comenzó su andadura El hilo y el baobab.
Nuestros objetivos
Objetivo principal
Favorecer la autonomía económica de las personas que participan en el proyecto.
Objetivos específicos
- Promover la empleabilidad entre las mujeres de Mangily.
- Apoyar el descubrimiento de determinadas capacidades en personas que por sus circunstancias sociales no han aprendido oficio ninguno más allá de las labores domésticas.
- Reforzar la autoestima, el sentimiento de utilidad y la dignidad de las personas participantes en el proyecto.
- Promover la escolarización de menores para evitar el trabajo infantil.
- Favorecer unas condiciones económicas y educativas en las familias que eventualmente permitan proteger a sus hijas de tener que recurrir a la prostitución.
- Favorecer las condiciones para una buena alimentación
que permita prevenir la malnutrición.











